Economía

Por “los mejores intereses” de los panameños, el gobierno de Juan Carlos Varela rompió con Taiwán y se sumó al reconocimiento de “Una sola China”, con la mira puesta en que Panamá sea la plataforma logística del gigante asiático en Latinoamérica y el Caribe.

El “sorpresivo” golpe de timón, de darle la espalda a una democracia para preferir a un país comunista de partido único, pasa por los fríos cálculos económicos que apuntan a que la segunda potencia del mundo puede inyectar millonarias inversiones para hacer realidad el proyecto de transformar a Panamá en un hub logístico continental, en momentos en que la economía del país centroamericano se sigue desacelerando y la sombra del desempleo sobrevuela el país.

Los empresarios panameños, sus pares chinos que emigraron hace décadas, economistas y hasta académicos valoran la decisión de estadista tomada por Varela, porque sus proyecciones son las de que China revitalizará la plataforma de servicios, en la que ya está presente con sus exportaciones a la Zona Libre de Colón.

China también es el principal concesionario portuario en las dos entradas al Canal de Panamá desde 1995, a través de las filiales de Hutchinson Wampoa, y nada quita que también se haga con el proyecto del nuevo puerto de contenedores de Corozal, que la Autoridad del Canal de Panamá tiene en pausa tras un primer intento infructuoso, atribuído a las maniobras de los operadores actuales.

Panamá estableció el lunes pasado las relaciones diplomáticas con China,  argumentando, entre otros, que el gigante asiático es el segundo usuario global de la vía acuática y el primer proveedor de la Zona Libre de Colón (ZLC), la mayor del hemisferio.

También China va a invertir 1.800 millones de dólares, la mitad en un nuevo puerto de contenedores en Colón, y el resto en una planta de gas natural liviano, casi al lado de la que levanta la estadounidense AES, en la costa atlántica.

La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) se mostró confiada en que las relaciones con China traerán “beneficios” al país centroamericano en materia comercial y de inversión.

Para el presidente de la CCIAP, Inocencio Galindo De Obarrio, la “decisión estratégica” abre “la posibilidad” de firmar un tratado de libre comercio (TLC) con una nación de más de 1.300 millones de habitantes.

Panamá tiene vigente un tratado similar con Taiwán, que ha quedado en el limbo tras la ruptura, y cuyo desarrollo fue lento en la práctica. El desafío es qué puede producir el país a una escala que interese a un gigante como China y la mejor prueba es que la vecina Costa Rica, que hace diez años hizo lo mismo, no tiene un TLC con los asiáticos aún y apenas está colocando piñas en ese mercado.

Es por ello que, por ejemplo, para un gigante como la trasnacional japonesa Panasonic el eventual incremento de la presencia comercial de China a través de Panamá “no es de preocupación”, según su máximo ejecutivo en Latinoamérica, Shigeo Suzuky.

El japonés fue la semana pasada el anfitrión de la convención latinoamericana 2017 de la firma en Panamá, desde donde opera su oficina regional, y allí compartió a El Financiero que “tenemos más de 50 años de experiencia en Latinoamérica, sabemos qué necesitan, que requieren, evaluamos el estilo de vida de los latinoamericanos, para ofrecerles productos de valor agregado de alta calidad”.

“Si bien es cierto, se abren más las relaciones con el mercado de China, no es solamente aquí y ahora, no compite directamente con nosotros en el sentido que son productos, como todo el mundo sabe, de menos calidad, que no tienen la larga durabilidad, confianza y respaldo de marca y eso es diferente a lo que Panasonic trata de ofrecer”, afirmó.

Agregó que “China tiene tiempo de estar enviando productos a Latinoamérica, hay que esperar (que cambios producirá) porque es muy reciente” el establecimiento de relaciones con Panamá.

“Por supuesto que vamos a estar muy pendientes y evaluar la situación, pero no nos asusta”, sentenció.

Quien tratará de no perder afiliados, algo remoto por la reacción inicial de indignación de Taipeí, es la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), que rápidamente salió a garantizar a los buques de Taiwán inscritos bajo el pabellón panameño, “la calidad y fluidez del servicio de documentación de buques y gente de mar” que ofrece.

Con ellos la AMP “ha mantenido a través de los años una estrecha relación de amistad y cooperación”, por lo que “continuará brindándoles su apoyo a la navegación internacional”, aseguró en una declaración oficial.

La marina mercante de Panamá registró en 2016 el 18% de la flota mundial, con un total de 8.094 embarcaciones y 226,6 millones de toneladas, según los datos más recientes de la AMP.

A Panamá le siguen Liberia, con unos 3.000 barcos, e Islas Marshall, con cerca de 2.000 naves, de acuerdo al ente oficial panameño.

En el 2016 Panamá exportó a China bienes y servicios por valor de 50,9 millones de dólares, un 22,9 % más que el año anterior, mientras que las importaciones provenientes del gigante asiático alcanzaron los 1.183 millones de dólares.

Panamá vende a China principalmente desperdicios y desechos de cobre; desperdicios y desechos de aluminio; crustáceos; madera en bruto y perfilada longitudinalmente; café, cáscara, cascarilla y sucedáneos de café, entre otros, según datos de la cámara.

Por su lado, el ministro de Turismo de Panamá, Gustavo Him, dijo que se espera una “importantísima” llegada de turistas procedentes de China, aunque la campaña de atracción turística panameña está enfocada al mercado norteamericano y europeo.

“Ya hemos conversado con operadores, antes de la apertura, y creo que hay un futuro muy prometedor en lo que es el turismo de China, porque tienen mucho poder adquisitivo y quieren conocer Panamá”, sostuvo Him.

El turismo representa aproximadamente el 10% del producto interior bruto (PIB) de Panamá, uno de los países más dinámicos de la región. 

En tanto, la Fundación General de Empresarios Chinos en Panamá se volcó a celebrar el inicio de relaciones diplomáticas bilaterales porque abre una nueva perspectiva para la cooperación y el futuro de ambas naciones.

El presidente de la Fundación, Roberto Huang, dijo a los periodistas que el establecimiento de relaciones diplomáticas “corresponde completamente a los intereses fundamentales y de largo plazo de ambos pueblos y de ambos países”.

Huang destacó como un hecho “histórico” la noticia del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países, algo por lo que, añadió, “hemos luchado y esperado por mucho tiempo”.

Recordó, en ese sentido, que en estos esfuerzos han participado la Oficina de Desarrollo Comercial Chino-Panameño, que tiene 20 años de existencia, y también la sociedad china y los empresarios y empresas chinas en este país.

La colonia china de Panamá, con 150.000 miembros, es una de las más grandes de Latinoamérica y se dedica principalmente al comercio, restaurantes, panaderías, lavanderías y tiendas de electrónica y telecomunicaciones.

El presidente del Colegio de Economistas de Panamá, Olmedo Estrada, se mostró “sorprendido” por la decisión, dada la fluidez de la relación con Taiwán, pero valoró que el giro hacia China está impulsado por el potencial económico.


Fuente:
Luis M. Blanco B.
www.efpanama.com

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